La vida inventada de Godofredo Villa

Sinopsi

Godofredo és un supervivent. Ha superat el sacseig de tres guerres, però hui s’enfronta al moment més difícil de la seua vida. L’obra oscila entre el biodrama (Godofredo Villa-Sònia Alejo) i la història del segle XX navegant per les emocions.

 

FITXA

Text: Sònia Alejo
Direcció: Xavier Puchades
Intèrprets: Pep Ricart, Clara Crespo, Arantzazu Pastor, Àngel Fígols.
Espai escènic: Xavier Puchades
Escenografia: Los Reyes del Mambo
Vestuari: Estibaliz Gonzalo
Espai sonor: Isabel Latorre
Il·luminació: Ernest Celda
Producció executiva: Tomás Ibáñez
Producció: Visitants Escènica S.L.

Fragment

La vida inventada de Godofredo Villa (2017)
Fragmento

 

ESCENA 15
EL GRAN DIA (2014)

Godofredo observa un rato en silencio sus zapatos nuevos.
GODOFREDO: ¿Sabes cuántos zapatos he reventado a lo largo de mi vida? Mi madre decía que podías conocer a una persona por los zapatos que calzaba. Yo debo tener muchas personalidades porque he cambiado mucho de zapatos.
Ahora ya no tanto. Ahora la moda ha democratizado el aspecto de las personas, ¿no lo decís así? De-mo-cra-ti-za-do… y es más fácil que te engañen. Aunque a veces, todavía funciona.

Godofredo se levanta y anda descalzo por el baño.

Yo he tenido zapatos para jugar y para correr. Los mismos zapatos que me sirvieron para huir y para aprender a bailar. He tenido zapatos para esperar y aprender, zapatos que me apretaban y zapatos que me estaban grandes. Tanto unos como otros te producen ampollas, ¿sabes?

Luego tuve botas para luchar y salir corriendo, botas salpicadas de sangre y barro, botas manchadas de muerte.

Y otra vez tuve zapatos para atravesar el Mediterráneo: los zapatos del reencuentro con papá, mamá, Servando y Miguelín. Los zapatos que recorrieron todo Orán y conocieron a Marita. Y los zapatos de la boda, relucientes, pero no tanto como estos.

Los zapatos de hacerse mayor y tomar decisiones, que fueron los mismos de volver a Francia y renunciar a aquella España fascista. Los zapatos de las cuatro traiciones y de la huida de Orán. Pero también los zapatos de correr detrás de vosotras y levantaros en brazos y haceros volar. Los zapatos del amor y del desamor. Marita.
Y los zapatos fueron reemplazados por las botas de mis caminatas: los Alpes, el Camino de Santiago, Argentina, Usuaia. Se mira los pies. Cuántos quilómetros hemos recorrido.

DOMINIQUE: Has sido un gran viajero, papá.
GODOFREDO: Sí, Dominique, pero lo más importante no es viajar sino tener un lugar al que volver.
DOMINIQUE: Tú siempre has tenido donde volver.
GODOFREDO: Nunca he vuelto a mi barrio de Bagaza. A aquel hogar de Baracaldo que perdimos y que ya no existe. Mi niñez se quedó tras aquella puerta que mi padre cerró para llevarme al barco.
Cantan los padres de Godofredo.
En el monte Pagasarri
tengo plantada una flor
Cuando el viento sopla fuerte
hasta Orán llega su olor

Silencio.

Y al final, las pantuflas y las zapatillas para estos pies cansados. No, Dominique, no teníais que haberme disfrazado. Hay zapatos para cada ocasión, pero para esta no necesitaba relucir.

DOMINIQUE: Sí que lo merece, papá.
GODOFREDO: ¿Tú crees? Tal vez hoy es un día especial, pero estos no son los zapatos adecuados.
DOMINIQUE: Claro que lo son, ¿qué otros si no?
GODOFREDO: Hay que elegir bien, Dominique.
Hay zapatos para quedarse quieto y zapatos para correr.
Zapatos nuevos para el difunto y zapatos usados para la novia.
Botas que forman el pelotón de fusilamiento.
Zapatos llenos arroz y zapatos llenos de cal viva.
Hay peúcos robados de las entrañas de la madre.
Zapatos que se quedan en el muelle mirando el último barco que zarpa al exilio.
Zapatos huérfanos en la playa.
Hay zapatos para quedarse quieto y zapatos para correr.
Yo no hice ni una cosa ni la otra. Sólo anduve por la vida.
Silencio. Dominique se acerca a él y le acompaña a sentarse en la banqueta y se los pone.

DOMINIQUE: ¿Y qué zapatos son apropiados para hoy, papá?
GODOFREDO: Los zapatos de la rendición, supongo y los mismos que calzará mi cadáver.